Autor irlandés de obras como Retrato del artista adolescente, escribía cartas muy explícitas y subidas de tono a su amante y futura mujer, Nora. Lo que no es tan conocido es la inquietante
obsesión que tenía con las flatulencias. Bastante raro, ¿verdad?
Tenía una vista deficiente y, aunque no fuera ciego, decidió aprender braille para poder dar descanso a sus resentidos ojos sin tener que renunciar a la lectura. ¡Es que hay quienes leen hasta con los ojos cerrados!
Planificaba su obra literaria con increíble antelación. Truman trazaba el programa literario para los siguientes ¡veinte años! Todas las obras que había descrito en 1949 fueron apareciendo, una tras otra, en los años posteriores. Eso sí que es estar preparado.
Creador del célebre comisario
Maigret, comenzaba sus novelas leyendo una
guía telefónica. Pronunciaba nombres y apellidos en alto hasta que encontraba los que mejor sonaban a la hora de dar forma a sus personajes. ¿Te imaginas que alguien escoge tu nombre en Facebook para crear un personaje?
Y tú, ¿Cuál dirías que es tu escritor favorito? Seguro que se pueden contar anécdotas igual de divertidas que las que vivieron estos escritores tan virtuosos.