Esta es una pregunta para la que ya existe una respuesta preconcebida y extremadamente vaga: “todo depende”. Esto es de absoluta verdad, el cómo funcionan mejor las cosas está relacionado con una multitud de factores: desde tu condición física y mental, pasando por las características del ambiente donde estudias hasta tus gustos y disposición de tiempo. Es decir, no existe nada definitivo o concluyente al respecto.
Tu disposición para estudiar pudiera activarse bien sea de día o de noche. Existen personas cuyo biorritmo se despliega mejor en las horas nocturnas. Este tipo de personas piensa (o siente) que en las noches les es más fácil asimilar la información que están estudiando. No obstante, se afirma que este esquema altera el “reloj biológico” de los estudiantes y conduce a una acumulación del sueño que los hace improductivos.
Hay ciertas ocasiones en las que estudiar de día te favorece porque estás activo, despierto, dispuesto. Hay veces en las que estudiar de noche te es forzoso o sencillamente te gusta más por tus preferencias noctámbulas. Pero, sobre acerca de cualquier cosa que se te ocurra, siempre hay un estudio científico al respecto. Y hay que darle una ojeada a lo que dicen y sugieren esos estudios que muchas veces provienen de universidades reputadas.
En el año 2017, una universidad de Nevada (Estados Unidos) mediante estudios realizados, descubrió que:
Otros estudios llevados a cabo por diferentes universidades han determinado que las horas de la mañana hacen posible que tengas una mayor y mejor capacidad de concentración. Afirman que a estas horas las personas se encuentran en un estado de lucidez formidable y esto las hace más productivas. Justifican esta apreciación con la rentabilidad que produce el descanso en las horas de la noche.
El desarrollar actividades importantes durante el día representa el modo de vida de la mayor parte de la gente del planeta. Esto crea una suerte de ritmo colectivo que se ha hecho habitual en el seno de la mayor parte de las sociedades humanas. Este modo tiene una gran ventaja práctica, si necesitas apoyo de un compañero o un profesor, tendrás durante el día todas las oportunidades de localizarlos y solicitar su asistencia. En las madrugadas esto es imposible.
Para muchas personas el estudiar de noche los hace más creativos y más productivos. En el silencio de la noche suelen encontrar el estado propicio para desplegar su potencial intelectual. Y además, la noche les da (presuntamente) otra perspectiva del asunto que deben estudiar, entender y resolver. Para estudiar ciertas asignaturas tal vez te sea más propicia la noche que el día.
Por otro lado, durante las noches tienes menos factores de distracción que puedan perturbar tu concentración. Tus amigos no están cerca y como seguro que están durmiendo o estudiando igual que tú, no sufrirás las interrupciones diurnas habituales en las redes sociales. Además, en las noches, como no tienes otra cosa qué hacer, no te queda más remedio que dedicarte a estudiar lo que te corresponde estudiar.
Tú sabes perfectamente bien qué es lo que te sienta mejor y cuándo te sienta mejor. Habrá días en los que puedes elegir la hora en que vas a estudiar. En otras oportunidades te verás forzado a hacerlo en el tiempo que puedas, en el que te quede libre para esto. No obstante, siempre será una buena medida planificar tus horas y ritmo de estudio.
Cuéntanos qué te pasa y en breve nos pondremos en contacto contigo para ayudarte en lo que necesites. Si lo prefieres, puedes llamarnos al 678 371 052.